"Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes."
Tolstoi
En la mente humana siempre se tiende a engrandecer aquello que nos es dado por bueno o bondadoso, ya sea una cuestión de poder como menciona Foucault o tal vez una verdadera caridad e interés por el otro como lo menciona la iglesia, así creamos imágenes muchas veces distorsionadas del objeto o personaje admirado, le proveemos de muchos atributos inexistentes y además modificamos la experiencia y enseñanza del mismo; durante la historia humana son variadas la maneras en que esto "dioses" o iconos sociales se han ido creando ya sean divinidades míticas, personajes políticos o artísticos, parece que existe una necesidad de adorar o mantener ideales en el inconsciente colectivo; hasta aquí no podemos decir que esta actitud sea errada, sino más bien cabe mencionar la necesidad de escuchar y entender el verdadero mensaje y valor de estos íconos.
Es sumamente fácil cambiar nuestra posición frente a diversos asuntos según el poder que podamos ejercer, un claro ejemplo histórico podría ser Hitler o en un sentido espiritual Jesús y es que en su momento y contexto podrían parecer sumamente distinto e incluso contrarios pero ambos a su modo crean una especie de cliché alrededor de sus acciones e ideas, sin embargo no son ellos los que determinan lo que representan sino que como dice Nietzsche "no hay verdades, solo interpretaciones" y nosotros seguimos la interpretación de un poder considerado superior y que nos reivindica dentro de la sociedad de manera positiva o negativa; no es lo mismo apreciar los hechos históricos de Hitler que los de Jesús y sin embargo la importancia de ambos es crucial en la historia humana.
Tolstoi en este sentido me parece que es influenciado por esta misma burbuja que crece alrededor de personajes excepcionales, desde su trinchera busca lo que muchas veces se ha mencionado y sin embargo la interpretación de unos basta a convertir una doctrina basada en la sencillez y humildad en una sistemática y poderosa cadena de reglas, convirtiendo un camino de libertad o amor en una cerrada y limitante visión de las cosas; Tolstoi considera que el ser humano no necesita nada más que lo que posee realmente para vivir y que esta posesión esta fuera de la materialidad y en especial del dinero.
En el momento en que vivimos parece ser que no hay íconos semejantes a Tolstoi en su tiempo, o el mismo Jesús, porque nuestros íconos modernos se han masificado, necesitamos omnipresencia y además omniconsumo, algo que sea universalmente comprable, deseable e incluso subjetivo; hablamos entonces de un mundo de lo intangible pero eso si asociado con el consumo de cierta manera, el amor principalmente es este nuevo ícono poderoso que oculta entre nuestros pensamientos necesidades e ideologías contrarias al mismo, sin embargo establecidas e institucionalizadas, justo como Tolstoi una interpretación lejana y no por esto errada al fin y al cabo el poder genera su verdad o ¿no?